martes, 11 de marzo de 2008

Contra viento y marea



Amiga,

Hoy decidí que la única manera de vivir en un lugar como éste es enfrentándose a los elementos sin dejar que nos amilane un poco de lluvia o algo de viento. Así que, a pesar de la tormenta que evidentemente se avecinaba, me fui a caminar mis tres cuartos de hora obligatorios. Me armé de mi super-impermeable, mi gorro, mi bufanda, mis guantes... y mi ipod. Salí decidida a hacer mi circuito cotidiano por el parque que bordea el río Almond (puedes ver la entrada en la foto de arriba) y a no regresar aunque estuviera cayendo el propio diluvio universal. Cuando apenas entré al parque comenzó a llover. La guardaparques que cierra la puerta puntualmente a las cuatro, con la que siempre me encuentro, me saludó con una sonrisa cómplice, como diciéndome, "si puedes caminar bajo la lluvia, ya eres uno de los nuestros" y yo me sentí de lo más orgullosa de mí misma. Hice el camino escuchando uno de mis podcasts favoritos y a medida que mis pantalones se iban empapando más y más me fui sintiendo cada vez más orgullosa de poder superar la adversidad sin dejarme amedrentar por un poco de agua. Cuando finalmente regresé y me deshice de mis ropas empapadas salió un sol espléndido y hasta un burlón arcoiris (que puedes ver en la foto de abajo) que parecía decirme, si hubieras esperado cuarenta minutos... pero ya era tarde para que la pasión irónica de la naturaleza me quitara el orgullo de haberme enfrentado con la lluvia, el viento y el frío hasta sentirme una auténtica highlander!

Lo que sí te confieso es que no sé si voy a ser capaz de repetir la hazaña.

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