miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mapa de nunca




Amiga,

Esta mañana amanecí con ganas de saber de la tierruca y escuché la radio. Escuché las noticias, las entrevistas, los preparativos para las elecciones del domingo. Y volví a sentir la tierruca como un territorio ajeno, un “mapa de nunca” como diría Cortázar, hecho de papel y de voces que vienen de lejos, pero todavía convocando una nostalgia. Como una foto vieja.

La semana pasada recibí un libro de Cortázar que estaba esperando desde hacía días. Son los Papeles inesperados que publicó Alfaguara en el 2009, con algunos de sus muchos textos póstumos. Hace tiempo que no leía a Cortázar y leerlo de nuevo me recordó a ese ser que fui cuando lo leía: un bicho pedante y ambicioso, exigente y autista, distraído de todo lo que no me afectaba a mí en particular. Como todos los jóvenes, supongo.

Esos dos sentimientos se me juntaron hoy y me obligué a sentarme a escribirte esta nota, a pesar de la lluvia y de la falta de sol, a cuatro manos con Cortázar, de quien te copio un poema que habla de la lejanía en la que el exilio nos instala:

La patria / Julio Cortázar

Patria de lejos, mapa,
mapa de nunca.
Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.

Guardo un olor de trébol,
una calle con árboles,
un recuento de manos,
una luz sobre el río.

Patria, cartas que llegan
y otras que vuelven,
pájaros de papel
sobre el mapa volando.

Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.

Hasta aquí el poema de Cortázar. Es uno de esos textos que te hace pensar en el exilio como un limbo en el que los recuerdos se sostienen sobre una memoria cada vez más frágil y el futuro se desdibuja hasta desaparecer.

Tal vez es el otoño que llega.

Te dejo aquí un abrazo,
r

No hay comentarios: